Gólgota* - A razón del mal pensar
Extraída de www.banksy.co.uk |
Dos de enero y me
encuentro descendiendo del ómnibus, directo a disfrutar mis días de
descanso... De esta manera, me encuentro, además, con una joya de
la opinión duraznense (ver aparte). Difícil poder expresar con total sinceridad
las sensaciones que en tal instante me generó.
Este texto , aunque reducido e incluso incómodo, es el resultado de varias y varias lecturas del tóxico tejido escrito por Jesús Carlos Correa. Y, de mi necesidad de no callarme, de ser y serme honesto, de entregarme a un juego de catexias que me libere un poco, al menos un poco.
Vamos por partes:
¿“buenos” y “malos”? ¿Realmente señor? ¿Bivalente? ¿Tan
básico? ¿Tan ausente de sentido, de puntos de referencia, de
criterios morales que es inútil cuestionar? Un pensamiento tan
pobremente planteado, tan dolientemente pensado es indestructible. La
falta de rigurosidad, de riqueza teórica lo hace pasar feliz
cualquier debate posible. Justamente porque no califica, no hay
dignidad en responder o refutar las propuestas que expresa, dado que
simplemente se autoafirman de manera descalificada, por lo que está
en el debe decirle “¡al lugar!” “Vuelva cuando madure”.
Preocupante en el mismo
sentido es la honestidad que manifiesta, la violación intelectual
que presenta el planteo, es
fiel al sujeto que lo piensa y expresa, puesto que lejos de ser
valioso. es una preocupación importante. Y si bien el texto avanza y
redunda en incoherencias claramente infundadas, hay dos elementos que
no pueden dejarse de lado. Primero, ¡el tercero implícito! Voy a
ser bien claro para que se entienda y para que vos lo entiendas, ¡sí,
vos! La dicotomía entre buenos y malos que se plantea, finaliza en
la presencia de ausentes que han dejado de ser y que deben volver. A
primera vista se podría pensar que se está refiriendo a los buenos,
sin embargo, no es así. Esos terceros ausentes, no son la superación
dialéctica, no son terceros excluidos: son perversos pasivos en
espera de mínimas cuotas de poder para ejercer de manera despótica.
No obstante, ¡no están por fuera de la moral! Y no van, y mucho
menos vas a quedar fuera de los juicios.
Haciendo memoria, me
asqueo recordando que fui testigo del actuar de uno de esos
perversos, del inmenso cinismo de sus pretensiones,
patoteaban/patoteabas a una menor exigiendo respeto y cumplimientos
normativos. No fue igual cuando otras voces entraron a tallar, cuando
aparecieron los “malos”en esa tarde.
El
otro elemento es el futuro que se anuncia: enfrentamientos a razón
de recuperar el honor y los deberes para con nuestros hijos, ¡para
con los niños! Exigencias de acción, enumeración de actores
posibles y de roles que, según dice el señor autor, han sido
incapaces de hacer algo por el bien común. Casi exigiendo,
demandando la presencia y la acción de los terceros omisos. Difícil
que sea mejor ese escenario. Nuevamente se me presenta la directa
relación entre lo expresado en el texto y el autor. Qué doliente
las exigencias, la mención a los niños, lo perverso del planteo y
del pensamiento. Qué pena saber que caminan impunes.
Repulsión
es lo que genera, teniendo presente la directa relación entre lo
escrito y el autor, no vale dedicarle más tiempo hoy. No lo vale.
Ya
casi es tres de enero, hay muchos que compartimos el hastío y que
seguimos afirmando que, la
perversión que nos enojó hoy: NO VALE.
~ Por: León Oyarzun
* El Calvario, también conocido como el Gólgota, fue un sitio que se encontraba cerca del exterior de las murallas de Jerusalén. En este lugar Jesús fue crucificado. Gólgota o Gólgotha proviene del griego Γολγοθᾶ; posteriormente escrito como Γολγοθᾶς. Wikipedia
Comentarios
Publicar un comentario