Siglo Dos - Por: Carlos Fariello

Acuarela de Manuel Besnes e Yrigoyen (1839)

Este año la ciudad de Durazno festejará los dos siglos de fundación de lo que fue, en un principio, la Villa de San Pedro del Durazno, hecho que ocurrió según nos cuenta la historia el 12 de octubre de 1821.

El Gral. Fructuoso Rivera, uno de los militares que junto con Lavalleja habían heredado algo del proceso iniciado por los orientales al mando de Artigas diez años atrás, ya se potenciaba como organizador del tramo final de la lucha contra los portugueses, no sin antes haber colaborador con estos.

El último triunfo importante lo fue la batalla de Sarandí en 1825 dirigida por Lavalleja.

En 1821, en época de la llamada Provincia Cisplatina, el gobierno comisiona a Rivera fundar un centro poblado en la zona central del territorio de aquella.

La fundación de la Villa de San Pedro se formó con el objetivo de juntar gente dispersa en el interior de la provincia después de la guerra.

La ciudad se ubicó en el valle de inundación del Río Yí. Como los primeros roles y funciones del centro poblado estuvieron ligados a la existencia del llamado “Paso del Durazno”, la ciudad se implantó sobre las tierras altas más próximas al mismo, aplicando los sabios principios de las Leyes de Indias: lugar alto, ventilado, con aprovisionamiento posible de agua. La ciudad creció lentamente, ocupando las manzanas de su trama en cuadrícula, igualitaria y abierta hacia los horizontes.

El trazado de la ciudad, se encarga al ayudante mayor Pedro Delgado y Melilla, el cual se proyecta en damero con la plaza principal ocupando una de las manzanas. El reparto de tierras de labranza y pastoreo también se efectúan al sur del río Yí.

Quiso el tiempo que se fuera conformando una sociedad cosmopolita con el aporte de la inmigración de origen europeo y los vestigios de los pueblos que originalmente habitaron la zona.

Merece destaque la presencia de índios guaraní misioneros que fueron llegando en décadas posteriores.

Esto es parte de la historia.

La sociedad que dio a Durazno sus señas de identidad en la integración de la República luego, es la construcción de fenómenos y acontecimientos que se sucedieron y que fueron definiendo, si se puede decir así, “su forma de ser”.

Hasta nuestros días el progreso y su opuesto han mostrado las tensiones propias de toda sociedad pero en nuestro caso con orientación hacia cierto quietismo complaciente, y hasta festivo, con los logros de generaciones pasadas donde además la masonería tuvo un protagonismo interesante, como otras corporaciones.

Pensar por ejemplo, en los Penza y sus aportes, entre otros nombres.

Volviendo a esa carencia de actitud colectiva frente al futuro encontramos también comportamientos de tipo reaccionario, en “burbujas” aisladas pero que siguen teniendo cierto peso a la hora de decidir qué camino hacia adelante debería tomar el departamento.

No por nada el signo político de los gobiernos departamentales se alinea con esa tradición que opera como un freno para el avance.

La vida socio política desde la mitad del siglo pasado y hasta el presente, convierten, ejecutando una mirada lo más objetiva posible, a Durazno, en un territorio de perplejidades.

Mucho más de lo que se pueda leer en ciertas intervenciones banales e inconsistentes de los gobernantes de turno.

Volviendo a las perplejidades que surge de esa visión sobre Durazno que estaría, mucho más allá de lo trivial, los hechos domésticos ( las cosas que pasan entre casa) sirven para explorar la pretensión de cómo ciertas miserias se siguen reproduciendo en actitudes y en gestiones que hacen a la vida del colectivo de la sociedad.

Hay toda una importante cultura que también se ve atravesada por esa otra historia de los hechos sociales.

Estos dos siglos abren una interesante oportunidad para mirarnos y expresarnos cómo nos vemos y cómo pensamos que podríamos ser hacia el futuro.

Queda hecha la invitación y abierta la puerta...

Comentarios

Entradas populares de este blog

Resultados: elecciones departamentales y municipales en Durazno, 2020

El vivir de una familia política: relato de un modo de transitar el pasado como víctima indirecta de la Dictadura Cívico - Militar (1973-1985)