Sangre nueva, nuevas formas. #1 - Casa Inca

Casa Inca


Hace poco tiempo, empezamos a presenciar en la ciudad de Durazno una serie de eventos artísticos particulares. Nuevas formas de organización, lugares de congregación diferentes a los habituales y otras formas de comunicar estos eventos, son las novedades de estas expresiones. Claro está que, dentro de las mismas, se expresan una diversidad importante de eventos, con ofertas musicales variadas, actividades recreativas, ferias artesanales de por medio, etc.

Recientemente, estas expresiones sortean las barreras de la geografía y se propagan por diferentes ciudades del interior de nuestro departamento e incluso llegan la capital de nuestro país. Es por eso que, para registrar esta diversidad entre organizaciones, sus significados y motivos para organizar estos eventos, decidimos ponernos en contacto con los organizadores y organizadoras de Terraza Live, After Feria y Casa Inca.




El interés por estas nuevas expresiones artísticas, organizadas por jóvenes -y no tan jóvenes- duraznenses con cierta periodicidad, llama bastante la atención viniendo de un departamento relativamente "quieto" en lo que refiere a ofertas de entretenimiento. Si hay algo que destacar en estas nuevas formas de organizar el entretenimiento, es su toque alternativo y divergente con las formas ya establecidas y mercantilizadas (bares, pubs, festivales, etc).

¿Qué hay detrás de estos eventos? ¿Cuáles son las concepciones de los organizadores y organizadoras con respecto al ocio y el entretenimiento establecido? ¿Cuáles fueron los motivos para desarrollar organizaciones más o menos estables en el tiempo? Y por último ¿pueden estas expresiones articularse entre sí para configurar nuevas formas de entretenimiento alejadas de las lógicas del mercado, estableciendo puentes de cooperación organizativa que disputen el terreno de lo culturalmente establecido? Trataremos de responder a estas preguntas,, dándoles visibilidad a estas nuevas expresiones artísticas, abonando el terreno para empezar a pensar nuevas formas de organizar la cultura y el entretenimiento.

Para este primer número de “Sangre nueva, nuevas formas”, decidimos empezar por Casa Inca, debido a la proximidad geográfica y la posibilidades de concretar un encuentro. Prometemos, para los siguientes dos números, entrevistar a los y las organizadores y organizadoras de After Feria y Terraza Live.

No tan extranjeros en su tierra.


Frente a una plaza en reconstrucción que, a simple vista, parece inaugurarse pronto, está situada Casa Inca. Una casa común y corriente, de esas que parecen que tienen casi un centenar de años, donde viven cuatro gurises. Son todos del interior. Federico y Camila son hermanos y oriundos de Durazno, Erica de Solymar y Leticia de Maldonado. Además de compartir gastos, tiempos y espacios, también comparten un proyecto cultural particular.

Cuando Pensando Durazno se puso en contacto con los y las organizadores y organizadoras de este evento, habían pasado apenas unos días desde la segunda edición de Casa Inca. El primero fue a fines de octubre y, desde entonces, el evento no para de incorporar novedades. Desde exposición de dibujos, venta de ropa, comidas y postres elaborados en el momento, y un amplio menú musical con Dj’s, acústicos, rock y blues, es lo que ofrece, en principio, esta Casa.

La idea surge de dos de su integrantes, Camila y Leticia, al plantear la posibilidad de hacer una venta de ropa tipo “garaje”, pero este fue el detonante de todo lo que vino después. Y es que aprovechando las redes de contacto de todos y todas, salió la idea de incorporar lo que hasta ahora parece un mix de expresiones artísticas muy diversas. Eso sí, la esencia del hogar no se pierde, y esto incluye también la relación con los vecinos y vecinas de la zona. “Necesitamos un ventilador o un alargue, le pedimos al vecino y están a las órdenes.” afirma Federico con respecto a la relación con el barrio y su gente que, hasta ahora, ha sido de muchos afectos, siendo conscientes de que generaron un impacto positivo en la zona a tan solo seis meses desde que decidieron convivir todas y todos bajo el mismo techo.

Consultados sobre si Casa Inca ofrece otra forma de entretenimiento, diferente a lo que ofrece un pub o bar, afirmaron que tienen varios proyectos para la casa y que “otra casa como esta no hay en la vuelta y si tenemos la posibilidad de armar un proyecto, esta casa sería una casa cultural autogestionada.” sentencia Federico. Lo que Casa Inca ofrece no se queda ahí, están viendo la posibilidad de incorporar para futuras ediciones obras de teatro, danzas, cine, almuerzos, comidas a domicilio, etc. La tercera edición, que al parecer se va a realizar en marzo del año que viene, ya está saturada. Tienen el ofrecimiento de varios artistas, como tatuadores, Dj’s, bandas, y un sin fin de expresiones artísticas, para mostrar su arsenal creativo en esta casa.

Ante la pregunta de si este tipo de actividades deberían de contagiarse, Érica nos dice que si, y que hay una necesidad de que “...hayan espacios abiertos para los artistas, por ejemplo, que no te cobren nada. Es re dificil encontrar lugares en donde haya un buen intercambio y que no cobren nada o te obliguen a cobrar una entrada.”. No está lejos la idea de una asociación de este tipo de casas o eventos similares, con una coordinación entre actividades, que ofrezcan un tipo de entretenimiento alternativo a los actuales. “Yo creo que acá viene gente que por ahí no encuentra otro lugar muchas veces” nos dice Leticia sobre el tipo de público que atrae este evento. “A mi me parece que tiene su público” reafirma. “La gente se siente acogida porque es un hogar” agrega Federico, resaltando la impronta de intimidad que mantiene la Casa, donde todos se conocen y conversan entre sí.

Si hay algo en donde no cabe la improvisación es en la forma de comunicar estos eventos. “Lo bueno es que nosotros cuatro somos bastante creativos, entonces apuntamos a la iluminación, decoración, la estética, que está pensada de tal forma (para) que la gente se sienta cómoda.” nos dice Federico, que aporta su grano de arena desde la comunicación visual.

Hasta en algún punto, este tipo de eventos están por fuera de la normativa legal, como en una especie de limbo, y les genera preocupaciones más allá de que no hayan tenido inconveniente alguno con los vecinos y autoridades. Surgieron algunas posibles soluciones, como por ejemplo, y sin obviar la matriz estatal que empapa a la mayoría de los uruguayas y uruguayos, estar inscriptos en algún registro pero que, al no ser una casa cultural como tal, están inseguros sobre las exigencias que puedan surgir como contrapartida para obtener los permisos. “Sería un poco más fácil, porque nosotros invertimos para hacer algo para todo el público” dice Federico. “Yo creo que mas que nada estaría bueno el apoyo porque tenemos un tema que queremos tratar. Pensábamos en algún momento pagarles una pequeña cuota a los artistas que vienen, porque ya llega el momento en que decimos: ‘bueno ta, se merecen que le paguemos algo.’” agrega Leticia.

Si bien la idea de ayuda estatal para con estos eventos estuvo revoloteando, no es algo seguro. “Los Estados fomentan lo que les interesa y nosotros fomentamos lo que a nosotros nos interesa. Hay pilas de artistas under que hacen cosas que al Estado no le importa en realidad, no es nada para ellos. Si haces candombe capaz que si, si haces algo que diga que esto es de nuestra cultura y lo reconozca como tal, les puede interesar y darte un espacio. Pero si tenés algo así, acá hay blues, metal, electrónica con acústico y cuadros bizarros, de todo junto, a ellos no les interesa tanto. No creo que te fomenten de ninguna manera, y si lo hacen, creo que te tirarían a mostrar los que a ellos les interesa. Creo que ahí perdería la esencia de lo que hacemos nosotros.” afirma Leticia, que cree que “...la autogestión de todas las maneras posibles es la forma de fomentar esto.”

Para terminar el encuentro con los y las organizadores y organizadoras de este proyecto cultural, resurgen los anhelos de incorporar algún dispositivo simbólico de recaudación de fondos para recompensar a los y las artistas. Como una especie “cubierto artístico”. “Yo creo que esto tiene un trabajo al igual que lo tiene un artista a la hora de hacer una obra. El artista invierte cabeza, tiempo, plata en materiales, mucho amor y otras cosas para hacer la obra. Y con la fiesta pasa lo mismo.” agrega Érica sobre este tema.

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